viernes, 27 de noviembre de 2009

El año litúrgico.

Con la solemnidad de Jesucristo Rey se concluye el año litúrgico.

El calendario por el que se rige la Iglesia difiere del calendario civil que comienza el 1 de Enero y finaliza el 31 de Diciembre. Para la Iglesia el nuevo año comienza con el tiempo de Adviento, que se inicia el cuarto domingo anterior a la Navidad (25 de Diciembre). El próximo año litúrgico comenzará por tanto el domingo 29 de Noviembre finalizando el presente año el sábado 28. Hay que recordar que en el calendario litúrgico las semanas comienzan el domingo, el Día del Señor.

Durante el curso del año, la Iglesia conmemora todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación hasta el día de Pentecostés y la expectación de la venida del Señor; y conmemora los días natalicios de los Santos.

En los diversos tiempos del año litúrgico, según las prácticas tradicionales, la Iglesia va instruyendo a los fieles por medio de ejercicios piadosos del alma y del cuerpo, de la enseñanza, de la oración y de las obras de penitencia y misericordia. La celebración del año litúrgico posee una peculiar eficacia sacramental, ya que Cristo mismo es el que en sus misterios, o en las memorias de los Santos, especialmente de su Madre, continúa la obra de su inmensa misericordia, de tal modo que los cristianos no sólo conmemoran y meditan los misterios de la Redención, sino que están en contacto y comunión con ellos, y por ellos tienen vida.

En cada semana, el domingo –por eso es llamado “día del Señor”– hace memoria de la Resurrección del Señor, que, una vez al año, en la gran solemnidad de la Pascua, es celebrada juntamente con su santa Pasión. Cada día es santificado por las celebraciones litúrgicas del pueblo de Dios, principalmente por el sacrificio eucarístico y por el Oficio Divino. El día litúrgico comienza a medianoche y se extiende hasta la medianoche siguiente. Pero la celebración del domingo y las solemnidades comienza ya en la tarde del día precedente.

Al celebrar el misterio de Cristo durante el curso del año, la Iglesia venera también con amor particular a Santa María, Madre de Dios, y propone a la piedad de los fieles las memorias de los Mártires y de otros Santos. Las celebraciones, según la importancia que tienen, han de distinguirse entre sí y denominarse de la siguiente manera: solemnidad, fiesta o memoria.

Las solemnidades son los días principales y su celebración comienza con las primeras Vísperas, el día precedente. La celebración de las principales solemnidades de Pascua y Navidad se extiende durante ocho días seguidos. Cada octava se rige con leyes propias.

Las fiestas se celebran dentro de los límites del día natural, por tanto, no tienen primeras Vísperas, a no ser que se trate de fiestas del Señor que coincidan en un domingo ordinario o del tiempo de Navidad y sustituyan el Oficio de éstos.

Las memorias son obligatorias o libres; su celebración se ordena con la celebración de la feria coincidente según las normas que se exponen en las Ordenaciones generales del Misal Romano y de la Liturgia de las Horas. En los sábados del tiempo ordinario, en los que no coincide una memoria obligatoria, puede hacerse memoria libre de Santa Maria Virgen.

Reciben el nombre de ferias los días de la semana que siguen al domingo; su celebración tiene reglas distintas según su importancia.

El año litúrgico se divide en 3 tiempos que se repiten dos veces: tiempo penitencial, tiempo festivo y tiempo orinario, a cada uno le corresponde un color característico, morado, blanco y verde respectivamente. Comienza con el tiempo penitencial del Adviento al que le sigue el tiempo festivo de la Navidad, luego se entra en el primer tiempo ordinario hasta la llegada del tiempo penitencial de la Cuaresma al que le sigue el tiempo festivo de la Pascua tras el cual se entra en el segundo tiempo ordinario con el cual finaliza el año.


ADVIENTO.
Desde el 4º domingo anterior al 25 de Diciembre (Navidad) hasta el 24 del mismo mes.

NAVIDAD.
Desde el 25 de Diciembre al domingo posterior al 6 de Enero (Epifanía) que se celebra el Bautismo del Señor.

Tiempo Ordinario (1ª parte).
Desde el lunes posterior a la Epifanía hasta el martes anterior al Miércoles de Ceniza.

CUARESMA.
Desde el Miércoles de Ceniza al Sábado Santo.

PASCUA.
Desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de Pentecostés.

Tiempo Ordinario (2ª parte).
Desde el lunes de Pentecostés al sábado anterior al primer domingo de Adviento.

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