martes, 6 de enero de 2009

La Epifanía del Señor.

Epifanía significa manifestación o presentación al público.

La Adoración de los Reyes - Baltasar de Echave Orio

En la narración de la Biblia Jesús se dio a conocer a diferentes personas y en diferentes momentos, pero el mundo cristiano celebra como epifanías tres eventos:
- La Epifanía ante los Reyes Magos.
- La Epifanía a San Juan Bautista en el Jordán.
- La Epifanía a sus discípulos y comienzo de su vida pública con el milagro en Caná.

La fiesta de epifanía que más se celebra es la que corresponde al día 6 de enero de cada año en la que los tres Reyes Magos, según la tradición denominados: Melchor, Gaspar y Baltasar, vienen del Oriente para adorar la primera manifestación de Jesús como niño ofreciendo tres regalos simbólicos: oro, incienso y mirra.

En realidad, la Biblia no habla del número de los magos, ni tampoco de sus nombres. Ha sido la tradición posterior la que ha identificado su número y nombres. En el Evangelio de ese día leemos:

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: "¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente y venimos a adorarle." Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías. [...] Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén les dijo: "Id e informaos con exactitud sobre el niño. Y cuando lo encontréis, avisadme para que yo vaya también a adorarlo." Ellos, habiendo oído al rey, se fueron. Y he aquí que la estrella, la que vieron en el Oriente, les precedía, hasta que llegó y se paró encima de donde estaba el niño. Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. (Mateo 2, 1-12).

¿Quiénes eran?

El término mago procede del griego, magoi. Un magoi significa un matemático, astrónomo y astrólogo. Por entonces la Astrología y la Astronomía no estaban separadas, de manera que se creía que los designios humanos podían conocerse si se estudiaban cuidadosamente las estrellas. Si tomamos en cuenta esta traducción y las citas de Mateo podemos considerar a los Reyes Magos como hábiles observadores del cielo.

El título de monarcas no tiene base sostenible y procede de una cita del teólogo y abogado cartaginés Tertuliano (160-220) basándose en el siguiente texto del Salmo Proverbio para Salomón:
Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. (Salmo 72, 10)
Tertuliano afirmó que los magos debían ser Reyes que procedieran de Oriente y en los siglos siguientes la visión monárquica de estos magos se fue imponiendo hasta llegar a nuestros días.

Por otra parte el número de Reyes Magos tampoco se cita con exactitud. En distintas representaciones iconográficas realizadas en templos durante los siglos III y IV d.C. aparecen dos, tres y hasta cuatro magos. Otras fuentes cristianas (sirias y armenias) pensaron en doce Reyes al relacionarlos con las doce tribus de Israel o con los doce apóstoles. Los cristianos egipcios creían que eran sesenta. En el siglo tercero, el teólogo Orígenes (185-253) indicó que los Reyes Magos eran tres. Al fin y al cabo son tres los regalos que se nombran en el Evangelio de San Mateo: oro, incienso y mirra. En el sirio y apócrifo Evangelio de la Infancia se dice que eran tres hijos de Reyes y además adoradores del fuego y de las estrellas.

¿De dónde procedían?

Tradicionalmente se considera que eran babilonios, entre otras cosas por algunos puntos en común con el pueblo judío y porque el resto de Israel estaba rodeado por el Imperio Romano. Pero, como en cualquier aspecto que se quiera abordar de estos temas, surgen contradicciones. Muchos investigadores los consideran originarios de Persia (el actual Irán) partiendo de la base de que muchas leyendas que contiene hoy en día la Navidad proceden de costumbres anteriores al cristianismo. Por ejemplo los sacerdotes persas del siglo V y VI a.C. también le ofrecían a su dios (Ahura-Mazda) oro, incienso y mirra. Un escritor español, Clemente Aurelio Prudencio, los situó en Persia; al igual que se cita en el Protoevangelio de Santiago (Evangelio Apócrifo). No debe considerarse Persia una idea alocada ya que está al este de Israel, a unos 1800 kilómetros, el doble de la distancia que separa Jerusalén de Babilonia.

Algunas pinturas afianzan también esta posición. Una de las más famosas es la existente en un mosaico situado en la iglesia de San Apolinar el Nuevo, en Rávena (Italia). En ella encontramos a los tres reyes (no hay ningún rey de piel oscura) con una indumentaria persa compuesta por capa y gorros frigios, característicos por su punta inclinada hacia delante. También aquí aparecen por primera vez sus nombres.

Otras leyendas con cierto contenido histórico dicen que los persas, al invadir Jerusalén a principios del siglo séptimo, no cometieron ningún sacrilegio en la iglesia de la Natividad porque allí encontraron una inscripción con la Adoración de los Reyes Magos, y al ver a estos con un vestido similar al suyo declinaron atacar el templo. Marco Polo, por su parte, también escribió que cuando visitó la ciudad iraní de Saveh, sus habitantes le aseguraron que era el lugar originario de los Reyes Magos e incluso que aún se hallaban allí sus cuerpos incorruptos. Se dice que estos restos están repartidos hoy en día entre dos ciudades europeas.


¿Qué simbolizan?

Según la tradición, Melchor, Gaspar y Baltasar representan a Europa, Asia y África respectivamente y llegaron en un caballo, en un camello y un elefante (o en tres camellos dependiendo del país).

Desde la alta Edad Media, las representaciones iconográficas del Rey Baltasar lo representan como un persona de raza negra. Esto se debe a un cambio dirigido por la Iglesia en el afán de universalizar el cristianismo y representar la adoración de los "Reyes" de "todos los contienentes" a Jesús, como símbolo de la servidumbre de los monarcas del mundo al Papa de Roma.

También cada uno representa una edad del hombre, Melchor representa la vejez, Gaspar la madurez y Baltasar la juventud.

Los presentes también contienen un gran simbolismo:
- Oro: que se les da a los reyes, ya que Jesús ha venido de parte de Dios, como Rey del mundo, para traer la justicia y la paz a todos los pueblos.
- Incienso: que se quema en honor de Dios, ya que Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre.
- Mirra: que se untaba a los hombres escogidos, ya que adoramos a Jesús como Hombre entre los hombres.

http://www.portaleureka.com/accesible/historia/71-historia/68-quienes-fueron-los-reyes-magos-de-oriente http://es.wikipedia.org/wiki/Epifan%C3%ADa
http://www.diocesismalaga.es/index.php?mod=prensa&secc=noticias&id=2008122901

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